Andrés García Ibáñez – Arte y Compromiso

©Andrés García Ibáñez

Sería por mi parte una temeridad intentar resumir en una pequeña introdución la vida y obra de un Artista (con mayúsculas) como Andrés García Ibáñez. Por suerte, hemos tenido el privilegio de que nos concediera esta entrevista en la que hemos intentado que el mismo nos explique su historia y la de su pintura, algo nada fácil de resumir en una persona con tan largo trayecto pictórico y artístico, alguien que nos enseña no solo la Historia del Arte a través de su obra, sino su compromiso con la cultura y la vida en general reflejada en un trabajo inteligente, comprometido, lleno de significados y de una calidad técnica asombrosa. Este es un largo post que se nos ha quedado corto.

©Andrés García Ibáñez – «La Mortificación del Penitente»

enkil: Andrés García Ibáñez proviene de una antigua familia de artistas y artesanos. ¿Hasta que punto ha influido esto en tu trayectoria artística, en tu iniciación a las Artes?
Andrés García Ibáñez: La figura de mi abuelo es decisiva. Si el no hubiera existido, probablemente yo no sería pintor ni tendría el más mínimo interés por el arte. Yo viví con él hasta los seis años; fue quien introdujo dentro de mí el chip de la enfermedad. Él hacía de todo; pintura, talla, dorado, muebles… músico, inventor… pero sobre todo era un gran artesano. De todo ese mundo de posibilidades me dirigió hacia la pintura. Yo empecé siendo un artesano de la pintura –todo artista lo es durante toda su vida- y lo que es más importante, aprendí el amor por el trabajo, lo que me ha hecho no parar todavía.

©Andrés García Ibáñez – «Centro comercial»

enkil: ¿Qué piensa y qué siente un niño de 11 años al realizar su primera exposición a tan temprana edad?
Andrés García Ibáñez: Yo lo vivía todo de forma muy normal; era lo más lógico, dibujaba desde pequeño y crecía en un ambiente proclive a ver como natural todas las cosas del arte. Y creía que el resto de los mortales tenían una visión análoga. Este sentimiento me ha acompañado hasta hace bien poco, cuando la experiencia del museo me ha mostrado la verdadera cara de la sociedad –de apatía y mediocridad- hacia el hecho cultural de importancia.

©Andrés García Ibáñez – «La visita a la monja»
©Andrés García Ibáñez – «Vanitas II»

enkil: De los 14 a los 16 copias los grandes maestros (Goya, Velázquez, Rembrandt, Murillo, El Greco y Rubens). Sabemos que Goya es su preferido, ¿Qué te atrae de él?
Andrés García Ibáñez: Goya es el pintor moderno por antonomasia. Su visión de la condición humana y la problemática que plantea es universal e intemporal, por eso resulta siempre contemporáneo, en cualquier época. El drama de nuestra existencia está planteado en su obra con una eficacia plástica y estética absolutamente magistral; tiene toda la sabiduría técnica de los maestros europeos del barroco, recogiendo toda la gran tradición clásica de la veta brava occidental -desde los venecianos hasta Velázquez y Rembrandt-, y su estética atesora todos los valores más importantes del gran arte de cualquier época, desde lo primitivo hasta lo contemporáneo. Ello le hace monumental y vigente, un edificio solidísimo e indestructible, como Beethoven.

©Andrés García Ibáñez – «El Cristo de la Muerte»

enkil: ¿Qué es para Andrés el Arte?
Andrés García Ibáñez: Una actividad humana asociada a la enfermedad, entendida esta como obsesión que se abre paso pese a todo. Una actividad que te lleva a la producción de obras de calidad y compromiso- sueño de perfección y equilibrio nacidos del desequilibrio- con un espíritu de autoexigencia, ilusión e insatisfacción continuas.

©Andrés García Ibáñez – «Desnudo Veneciano I»

enkil: A pesar de tus estudios de Arquitectura no abandonas el Arte de la pintura donde sigues ganando premios. ¿Ha sido difícil combinar tus estudios con tu Arte? ¿En algún momento se te planteó tener que elegir entre una y otra faceta o ambas son perfectamente complementarias?
Andrés García Ibáñez: Los estudios fueron un medio de disciplinarme, aún más, en la vida y el trabajo. Primero era la pintura, pero lo otro había que hacerlo también; ello te exige más concentración, trabajo y rapidez en todo. Es como una carrera de obstáculos.

©Andrés García Ibáñez – «Cenicienta»
©Andrés García Ibáñez – «La Asunta llora la muerte del arte clásico»

enkil: Tu obra bebe directamente de los grandes maestros clásicos de los cuales vas cogiendo un poco de aquí y de allá haciendo difícil establecer tus influencias o definir un estilo concreto en tu pintura. ¿Cómo definirías tu mismo tu pintura?
Andrés García Ibáñez: Eso es muy difícil. Yo soy muy versátil y ecléctico. Algunos no me lo perdonan y lo ven como falta de personalidad. Con el tiempo te vas depurando más, pues te gustan menos cosas y te vas haciendo más esencial. El estilo no me preocupa; es solo un factor de la pintura y no el más importante. Velázquez no lo tenía en apariencia y es uno de los artistas más personales de todas las épocas. El estilo acaba surgiendo con el tiempo; no hay que buscarlo, pues resultaría artificioso. La crítica contemporánea ha dado demasiada importancia al estilo independiente o diferente y creo que esa es la causa del fracaso de muchos talentos que se han desviado desde muy temprano. En arte hay que hablar primero de emoción y después de estética, más que de estilo. Lo del estilo me suena a prepotencia de humanos limitados y miserables, y la mezquindad es lo más alejado al arte, por espíritu y talante.

©Andrés García Ibáñez – «Armengola XVI»

enkil: Tus fuentes de inspiración abarcan distintos campos, uno de los cuales, la música, da lugar a una serie donde te acercas al alma romántica de Ludwig van Beethoven. ¿Qué significó esta unión espiritual entre ambos artistas? ¿Qué papel juega ella en tus procesos de creación?
Andrés García Ibáñez: Beethoven es para mí algo parecido a Goya. Me acompaña siempre y me muestra el camino. Es una guía espiritual y de vida. La banda sonora de mi aventura, de mi proceso.

©Andrés García Ibáñez – «Ebha»
©Andrés García Ibáñez – «Las Nuevas»

enkil: Has realizado frescos como el de la Basílica de la Esperanza en Málaga, grandes lienzos para la Santísima Catedral de Almería, un retablo de 35 metros de altura en la Catedral de San Salvador en Centroamérica, tienes 8 cuadros expuestos en la Basílica de la Merced de Madrid y sin embargo tu obra está teñida de cierta crítica al conjunto eclesiástico. ¿Cómo es tu relación con la iglesia?
Andrés García Ibáñez: Mi única relación con la iglesia ha sido siempre comercial; ellos encargaban y yo ejecutaba. Esta experiencia me ha servido para conocerlos por dentro, especialmente a los sectores más conservadores. Un artista ha de trabajar cuando se lo piden y no rechazar el encargo. Si quitáramos los encargos nos quedábamos sin historia del arte. El reto es satisfacer el encargo y no dejar de ser tú mismo, o por lo menos, no traicionarte. Goya era un gran anticlerical, y sin embargo, junto con Tiépolo, hizo la mejor pintura religiosa de su época.

©Andrés García Ibáñez – «Padre e Hijos»

enkil: Tu relación con organismos como Unicef, a la que has cedido una veintena de obras con cuya venta se han construido escuelas en El Salvador, demuestra también tu implicación con temas sociales. ¿Qué te lleva a la necesidad de colaborar en estas causas?
Andrés García Ibáñez: La experiencia en San Salvador fue una terapia de Shock. Se la recomiendo a cualquiera. Yo estaba allí pintando los frescos de la última gran catedral del catolicismo, en un entorno de miseria, crueldad y abusos de poder en los que la Iglesia participaba directamente. Yo llegué un tiempo después del asesinato de Romero y viví la realidad de esa pobre gente. Había cobrado el retablo, pero regalé el trabajo de la cúpula y los cuadros –retratos de gente del pueblo- que pinté en mis ratos libres.

©Andrés García Ibáñez – «Las Tres Gracias»
©Andrés García Ibáñez – «Democracia»

enkil: ¿Crees que un artista ha de utilizar su Arte para involucrarse en el mundo que le ha tocado vivir? ¿Te sientes un artista comprometido con su entorno?
Andrés García Ibáñez: El mundo tiene poca solución, o más bien ninguna, pues es condición de nuestra especie hacer mal las cosas y no anteponer la razón al sentimiento –como animales que somos- o a la emoción. La emoción está bien para el arte, pero en todo lo demás resulta desastrosa; es necesario un consenso ético universal, algo que estimo improbable, desgraciadamente. Al artista solo le queda hablar claro, pues es el elemento políticamente incorrecto al que se le permite –en parte- tomarse esas pequeñas licencias. Yo, particularmente, sólo aspiro a que el interlocutor que contempla la obra, se vea obligado a no permanecer indiferente y tenga que posicionarse intelectualmente ante el problema que le plantea, que elabore una opinión.

©Andrés García Ibáñez – «El mediocre y la señora»

enkil: A partir del 2000 inicias la serie que te marcará hasta nuestros días. “La falacia del signo. Teocentrismo y Decadencia”, una serie que se convierte en una dura crítica a los valores morales y obsoletos de nuestra sociedad y de la cultura Cristiana. ¿Cómo se inicia este cambio en el artista?
Andrés García Ibáñez: El detonante es la experiencia en San Salvador y una gran insatisfacción en lo artístico; un no ver sentido en todo lo que había hecho hasta entonces. Fue como una catarsis de juventud.

©Andrés García Ibáñez – «La rehabilitación del torero II»
©Andrés García Ibáñez – «El Novio de la Muerte II»

enkil: ¿Qué te lleva a crear la obra “La muerte de Dios”? ¿Qué quiere Andrés García expresar con ella?
Andrés García Ibáñez: La muerte de Dios es la vieja idea de Nietzsche sobre la sepultura del viejo Dios de Occidente, el judeocristiano, y el triunfo de Dionisio –Baco- que inaugura la moderna sociedad del hedonismo consumista. En el fondo es un cuadro irónico y desesperanzado.

©Andrés García Ibáñez – «La muerte de Dios»

enkil: Tu obra pasa de las referencias a los clásicos al reflejo más contemporáneo de la vida moderna. Series como “Mujeres, Los mitos femeninos” y “Pret´a porter”, son un claro ejemplo de esta evolución que continúa con “Maried. La imagen de Eros”, donde el erotismo ya toma una presencia más implícita en tus pinturas. ¿Qué importancia tiene la mujer y el erotismo en nuestro tiempo y en el arte?
Andrés García Ibáñez: Cada época tiene su forma de erotismo. La nuestra –por lo menos en el mundo desarrollado- emplea un fetichismo derivado del consumismo y la publicidad. Un consumismo elitista que asocia poder económico y sexualidad, clave para entender todo el mundo de la pasarela. Un fetichismo al que nadie es ajeno, pues afecta al subconsciente. Pese a lanzar una mirada irónica sobre él, todos somos esclavos de sus iconos sexuales y en lo más hondo lo deseamos. De esta dialéctica se alimentan estas series pictóricas.

©Andrés García Ibáñez – «Retablo del Erotismo»

enkil: Andrés, al igual que otros muchos artistas españoles, es aclamado y reconocido en el extranjero donde expone y vende su obra (en el caso de Andrés sobre todo en Inglaterra y Estados Unidos), mientras que aquí, sorprendentemente, apenas se habla de ellos. ¿En qué punto, culturalmente hablando, se encuentra la sociedad española?
Andrés García Ibáñez: Yo creo que España es uno de los países más atrasados, intelectualmente hablando, de todo el mundo desarrollado. Nuestra democracia es relativamente joven y ha fracasado en todos sus sistemas educativos. El pueblo español ha sido, ancestralmente, un colectivo perseguido por el poder –Iglesia y monarquía- en lo tocante a la libertad de pensamiento y pronunciamiento. El pueblo ha acabado por hacer suyo este proceder y se ha convertido en el primer perseguidor del talento. Por eso la envidia es el pecado nacional y nuestro pueblo es un pueblo acomplejado, incapaz de reconocer la valía del vecino y proclive a dar por excelente todo lo que viene de fuera. Esa es nuestra catetura y nuestro mal endémico. Machado decía: “somos esencialmente paletos”.

©Andrés García Ibáñez – «Escaparate real»
©Andrés García Ibáñez – «Cinco Manolas»

enkil: En tu web nos hablas de tu última serie aún por terminar: “Cutrez y Putrefacción”. Con ella te abandonas a un contenido fuertemente ideológico, abordando el mito de la España caduca, inculta, de las Españas irreconciliables, tratando temas como las folclóricas, los toreros, el ejercito ultraconservador en ligazón constante con la iglesia, la mediocridad política, las tradiciones populares, el nuevo mundo del fútbol, la monarquía, la decadencia de la nobleza… en resumen, la “imbecilidad nacional” que cada día parece más extendida y se hace más visible. Ante esta visión real y patética, ¿Qué le aconsejarías a toda esa generación de jóvenes artistas que están surgiendo ahora y que solo tienen Internet como vehículo de expansión?
Andrés García Ibáñez: Internet es una revolución tan importante como lo fue en su día la industrial. Es la democratización pura de la humanidad; donde todo cabe y tiene su espacio. Sólo me preocupa el desconocimiento o la ignorancia, en temas fundamentales, que su uso exclusivo –desde una óptica del ocio-puede deparar. Un indocto es lo más peligroso que hay, pues tiene todas las papeletas para reproducir los mismos errores del pasado.

©Andrés García Ibáñez – «Folclórica»
©Andrés García Ibáñez – «El Fichaje»

enkil: En Olula del Río, tu ciudad natal, has fundado y construido tu propio museo con una superficie de más de 2000 metros cuadrados, algo que llevabas planeando desde hace doce años. Aunque a estas alturas tal vez resulte algo tedioso explicarnos el proceso que te ha llevado a dar este gran paso y el porqué de esta gran  iniciativa, ¿Podrías hacernos un pequeño resumen?
Andrés García Ibáñez: Es una mezcla de varias razones. La primera es la necesidad de crearle a tu obra la “pared” que tú estimas que necesita para ser contemplada como tu crees más conveniente. La segunda es una respuesta a los sistemas cerrados de poder cultural –en connivencia con el político y económico- que materializan los mitos de lo contemporáneo de una forma unilateral y totalitaria, sacralizando muchas veces cantidades ingentes de mierda que, a la postre, copan los museos.
El lugar escogido es puramente sentimental –que no patriótico- y de ligazón a una luz que me permite trabajar.

©Andrés García Ibáñez – «La boda»

enkil: ¿Cuales son tus proyectos más inmediatos?
Andrés García Ibáñez: Seguir haciendo pintura como hasta ahora; sin ataduras ni convencionalismos. Cambiando cuando me apetezca y no traicionándome nunca. En el capítulo de las vanidades, consolidar el museo como institución y conseguir que no me necesite.

©Andrés García Ibáñez – «Cumbre»

enkil: ¿Qué espera Andrés García Ibáñez del futuro?
Andrés García Ibáñez: Prefiero no pensar en eso. Hay que vivir solo en el presente y siempre en el camino, sin desviarte.

©Andrés García Ibáñez – «El Coche»

Andrés García Ibáñez es un Almeriense que triunfa en Inglaterra, Estados Unidos y medio mundo más y que aquí en España ha de construirse su propio museo no solo para dar a conocer su Arte, sino el Arte en general. Arquitecto, escultor y sobre todo pintor, Andrés nos deja la web de su museo donde encontraremos una enorme obra dividida en distintas series que no podemos perdernos. Leer también su biografía porque nos enseña mucho y nos permite ver su trabajo desde una perspectiva más efectiva. Su web también nos permite interactuar con sus cuadros, es decir, aumentar el tamaño de los mismos clicando una lupa que sale en la parte inferior y desplazándonos por toda la obra. Una web para guardar en nuestros favoritos y revisar a conciencia.

Andrés publica también artículos de «opinión» en su columna semanal de los jueves en el Diario de Almería, unos interesantes artículos que podéis leer en la hemeroteca de dicho diario.

Author: enkil

9 thoughts on “Andrés García Ibáñez – Arte y Compromiso

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Sublimes cuadros y metáforas contadas, cual chistes de diario, muestran la grandeza de éste artista al que admiro.
    Me ha encantado la entrevista, porque me ha descubierto la vida y el por qué de las decisiones tomadas al ejecutar alguno de los cuadros.
    Felicidades Andrés por tu obra y por la pureza de tu mente al realizarlos y felicidades Enkil por ahondar siempre en lo que nos interesa.
    Un beso a todos…y feliz finde!

  3. Son pinturas sobre tela no? artsita increible entonces, pregunto pq aqui mezclan todo, ponen a un artista de verdad que sabe del manejo del pincel junto a muchos que aprietan un botoncito de una camara y manipulan un programa digital, ni se ensucian. el perjudicado es el espectador que poco entiende y no sabe diferenciar uno del otro.

  4. Este blog es precisamente para eso, para enseñar los diferentes tipos de arte y para que la ignorancia no le lleve a la gente a pensar que apretando»un botoncito» cualquiera puede hacer arte. Y sino prueba tu si tan fácil lo ves. Diferenciar fotografía de un cuadro a veces no es fácil en Internet, sobre todo si es pintura hiperrealista, pero si lees un poco los post y no miras simplemente las imágenes entenderás más cosas. Pero hay que leer más amigo.

  5. Me ha impresionado la visita al Museo. No esperaba nada tan especial. No conocía previamente la figura de este pintor, ni su obra, ni su vida. Me ha impactado enormemente. Estoy de acuerdo con la mayoría de las cosas que expresa en su entrevista. De todas maneras, pienso que tiene un punto de vista de la Iglesia y del Ejército, más propio de hace 50 años, que de la realidad actual. Pienso que de alguna manera, el mundo clásico y su paso por la Universidad del Opus Dei, ha condicionado, tanto su obra como su vida. Necesito volver al Museo, para verlo todo de manera mucho más pausada. Me encantaría conocer al pintor personalmente, pero tampoco quiero molestarlo ni apartarlo de su estudio. Un artista debe de estar creando, lo cual es su labor.

    1. Hola Antonio, gracias por tu comentario, a mi me encantaría poder ir a su museo, y espero poder hacerlo un día, también conocer al artista, al que pude conocer un poco gracias a esta entrevista que amablemente me concedió y que me dejó gratamente sorprendido. Contrastar estas opiniones como las que tu expones con el propio artista podría ser muy interesante. Yo si pudiera lo intentaría.

      1. Espero conocerlo alguna vez. De principio me parece un artista de la cabeza a los pies, lejos de todo divismo o excentricidad dalidiana.

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